En todas partes, es decir, tambien alli donde se reconoce plenamente la importancia de la critica y se ve en ella un elemento decisivo de cualquier forma de vida intelectual, se la trata con cierta susceptibilidad, con un malestar mas o menos encubierto; la relacion con aquellos que critican o que incluso han hecho de la critica su oficio no esta en ninguna parte exenta de resentimiento y desconfianza. "Porque, del mismo modo que, para convertirse en un autentico mendigo, el mas rico de los aspirantes debera desprenderse de hasta el ultimo centavo, asi nadie podra tampoco iniciarse como un autentico critico si no dilapida antes todas las buenas cualidades de su espiritu; lo cual, tal vez, aun por un precio menor, podria considerarse una mala inversion", afirmó Jonathan Swift en torno al año 1700.» MARCEL REICH-RANICKI